Las condiciones secas de los ecosistemas en que habitan las cebras hacen que se hayan adaptado a los periodos de aridez.
Las cebras de Grevy son las que se mejor han adaptado a las condiciones de sequía. Para sobrevivir a la estación seca, en que la mayoría de ríos, estanques y otras fuentes de agua se secan, esta especie de cebra excava en el lecho de los ríos con sus pezuñas para encontrar agua.
Las cebras de Grevy son las que se mejor han adaptado a las condiciones de sequía. Para sobrevivir a la estación seca, en que la mayoría de ríos, estanques y otras fuentes de agua se secan, esta especie de cebra excava en el lecho de los ríos con sus pezuñas para encontrar agua.
La cebra de montaña aprovecha las características de su hábitat para sobrevivir a los periodos secos. Cuando se secan las fuentes de agua de las cuales subsiste, esta especie simplemente migra a una altitud más alta, donde las temperaturas inferiores hacen que el vapor de agua se condense en forma de lluvia, nieve o rocío.
La cebra común es la menos adaptada a la sequía. A diferencia de las otras dos especies, siempre necesita tener agua disponible, lo que la obliga a migrar de un lugar al otro según la estación en busca de recursos hídricos.
La cebra común es la menos adaptada a la sequía. A diferencia de las otras dos especies, siempre necesita tener agua disponible, lo que la obliga a migrar de un lugar al otro según la estación en busca de recursos hídricos.